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EMBI

Riesgo

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Definición

El EMBI (Emerging Markets Bond Index) mide el riesgo país mediante el spread entre los bonos soberanos de un país y los bonos del Tesoro de EE.UU. Expresado en puntos básicos, refleja la probabilidad percibida de default.

Valores más altos indican mayor riesgo y menor acceso al financiamiento internacional. En el caso argentino, el EMBI es particularmente sensible a la política fiscal, la dinámica inflacionaria, la estabilidad del tipo de cambio y las negociaciones con acreedores.

Análisis

La serie muestra niveles extraordinariamente altos de riesgo país entre 2020 y 2023, con picos superiores a 3.800 puntos en marzo de 2020 durante el shock global por la pandemia y la reestructuración de deuda argentina. A partir de septiembre de 2020 se observa un alivio transitorio, pero el EMBI permanece persistentemente por encima de 1.300–2.500 puntos, señal de desconfianza estructural sobre la sostenibilidad de la deuda y el marco macroeconómico argentino.

Entre 2021 y 2023, el índice refleja un deterioro adicional: incertidumbre electoral, inflación creciente, brecha cambiaria elevada y tensiones con el FMI empujan el riesgo a niveles superiores a 2.500–2.800 puntos, especialmente durante la sequía histórica de 2023 y el debilitamiento de reservas internacionales.

El cambio más relevante ocurre en 2024: el EMBI inicia un descenso continuo desde niveles cercanos a 1.900 puntos hacia valores inferiores a 800 puntos a fines del mismo año. Esta caída refleja una combinación de consolidación fiscal agresiva, derrumbe de la emisión monetaria, recomposición parcial de reservas y mayores expectativas de normalización macroeconómica bajo un nuevo régimen de políticas.

En 2025 continúa la tendencia, con registros incluso cercanos a 630–720 puntos, niveles que no se observaban desde 2017–2018. Sin embargo, la subida abrupta a 1.220 puntos en septiembre de 2025 sugiere una corrección del optimismo inicial por riesgos latentes: atraso cambiario, dudas sobre la sostenibilidad social del ajuste y postergación de reformas estructurales clave.

En términos estructurales, aunque Argentina logra salir del rango de “default permanente” (EMBI > 2.000), todavía se mantiene lejos del grupo de países estables (EMBI < 400). La tendencia general es de mejora, pero con episodios de volatilidad que reflejan la fragilidad del proceso de estabilización y la dependencia de la credibilidad de las políticas fiscales, monetarias y cambiarias.